En un audaz despliegue de retórica, Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, sorprendió al mundo con una serie de declaraciones que marcarían su estilo de política exterior. Durante una conferencia en Mar-a-Lago, propuso anexar Canadá, renombrar el Golfo de México como “Golfo de América” y sugirió el uso de fuerza militar para tomar el Canal de Panamá y Groenlandia.
Estas afirmaciones, aunque improbables de materializarse, dan un vistazo a la postura maximalista que Trump parece adoptar, similar a la de líderes autócratas como Vladimir Putin y Xi Jinping, a quienes ha expresado admiración. Con una retórica que desafía normas diplomáticas y establece nuevas tensiones globales, el presidente electo dejó en claro que su mandato buscará romper esquemas.
Reacciones internacionales
Los líderes mundiales no tardaron en responder. Pierre Poilievre, figura política canadiense, aseguró que Canadá nunca será el estado 51 de EE.UU. Mientras tanto, Dinamarca rechazó la posibilidad de ceder Groenlandia, aunque ofreció estrechar lazos. En ambos casos, Trump logró captar la atención, reforzando su estilo provocador que ha sacudido la política internacional.
Con menos de dos semanas para asumir la presidencia, Trump no solo desafía el status quo, sino que refuerza su narrativa de independencia ante las reglas tradicionales del orden global.