En una reunión cargada de simbolismo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se encontraron este sábado en la Basílica de San Pedro en Roma, buscando reactivar los esfuerzos de paz para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania.
Aprovechando su estancia en el Vaticano con motivo del funeral del Papa Francisco, ambos líderes sostuvieron una conversación privada de aproximadamente 15 minutos, en un ambiente sin asesores, donde abordaron temas cruciales como el alto al fuego, la protección de vidas humanas y las condiciones para una paz duradera.
Zelenski calificó la reunión como “potencialmente histórica” y destacó que la conversación fue “de tú a tú”. Por su parte, la Casa Blanca calificó el encuentro como “muy productivo” y prometió ofrecer más detalles en breve.
El encuentro se produce en un momento clave, luego de semanas de diplomacia intensa y negociaciones discretas en Moscú y Kiev. Sin embargo, persisten diferencias notables: Washington ha sugerido reconocer la anexión de Crimea por parte de Rusia, una propuesta que Ucrania y sus aliados europeos rechazan de manera tajante.
En imágenes difundidas, Trump y Zelenski se muestran sentados frente a frente, en diálogo directo y sin intermediarios. En otra fotografía, ambos aparecen junto al primer ministro británico Keir Starmer y el presidente francés Emmanuel Macron, reflejando un momento de aparente unidad internacional en plena Plaza de San Pedro.
Tras el encuentro, ambos líderes asistieron al funeral del Papa Francisco, quien durante su pontificado abogó insistentemente por la paz en Ucrania.
A pesar de los roces anteriores —incluidos los reproches de Trump hacia Zelenski durante su encuentro en Washington en febrero—, ambos presidentes reconocen que se necesitan mutuamente: Trump busca concretar un acuerdo de paz rápido, mientras que Zelenski requiere presión internacional para moderar las condiciones rusas en las negociaciones.
La ropa de Zelenski, una vez más de corte militar y sin corbata, fue vista como un gesto de solidaridad con el pueblo ucraniano que aún resiste la ocupación rusa.
Mientras tanto, fuentes cercanas sugieren que podría haber una segunda reunión entre ambos líderes más tarde en Roma para profundizar en los temas tratados.