En un año marcado por elecciones presidenciales y retos económicos, con 9 billones 205 mil 438.2 mdp, el gasto del gobierno federal en 2024 fue 1.5% mayor a lo presupuestado, este monto es equivalente a 27.1% del PIB, y también fue 7.5% mayor que el ejercido durante 2023. Esta dinámica del gasto pone en riesgo la sostenibilidad de las finanzas públicas y limita la capacidad de atender necesidades sociales clave.
En su análisis de la Cuenta Pública 2024, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) refiere que el endeudamiento, medido por los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), alcanzaron no visto en décadas visto, pues llegaron al 5.8% del PIB, cuando la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) estimó que serían del 5.4%.
El gasto público de 2024 se dio en un contexto de menor crecimiento económico, alta inflación y menor producción petrolera. Como en años anteriores, los mayores gastos respecto de lo presupuestado se observaron en Energía con un sobreejericio del 6.8%: en particular Pemex ejerció 24.8% más de lo aprobado en gran parte para proyectos de inversión y pensiones; mientras que CFE lo hizo en 7.1%, por gastos de operación al igual que pensiones y jubilaciones.
En cambio, se observan subejercicios importantes en salud por 30.4%; seguridad y protección ciudadana del 29.9%; e Infraestructura, Comunicaciones y Transportes por el 12.8%. Este resultado muestra una priorización selectiva que no necesariamente responde a criterios de eficiencia social o equidad.
Ante este panorama, es crucial que la ciudadanía y los tomadores de decisión impulsen una revisión transparente y crítica de las prioridades de gasto. Es necesario exigir el cumplimiento de límites fiscales, redirigir recursos a áreas prioritarias como salud, educación y cuidado, y garantizar que el presupuesto refleje las necesidades de la población.