Un ataque armado y un incendio dentro de una iglesia mormona en Grand Blanc, Michigan, dejaron al menos cuatro personas muertas y varios heridos la mañana del domingo, según reportes de la policía local.
El agresor, identificado como Thomas Jacob Sanford, un veterano de la Infantería de Marina de 40 años, estrelló su vehículo contra la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y luego abrió fuego contra los asistentes al servicio religioso. Posteriormente prendió fuego al templo antes de ser abatido por la policía.
El incendio fue controlado, pero las autoridades temen encontrar más víctimas debido a los severos daños en el edificio. El FBI desplegó a un centenar de agentes para colaborar en la investigación, mientras se revisan las pertenencias y registros telefónicos del sospechoso para determinar el motivo del ataque.
Líderes políticos y religiosos en Estados Unidos condenaron el hecho. El presidente Donald Trump calificó lo ocurrido como un “horrendo tiroteo”, mientras que la fiscal general Pam Bondi lo llamó un “acto desgarrador y estremecedor”. La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, afirmó que la violencia en lugares de culto es “inaceptable” y confirmó que se reforzará la seguridad en templos de distintas ciudades.